
Existe un espacio vacío entre cada inhalación y exhalación. Este minúsculo espacio contiene el todo. Es el punto de unión entre los opuestos. El fin de la dualidad.
bservo mi respiración y me hago consiente de este espacio vacío. Exhalo y me entrego a vacío convirtiéndome en él. Y desde este vacío creo conscientemente una nueva inhalación convirtiéndome así en co-creador de mi vida, y al exhalar nuevamente muero por un momento entregando la vida que recibí para reintegrarme a la unidad, a lo que no tiene principio ni fin, a lo que permanece por siempre, a lo que es nada y a la vez lo contiene todo.
Observar la respiración y respirar con consciencia es una maravillosa práctica que me enseña mucho de mi mismo y me da la pauta de en qué necesito trabajar para seguir mi camino de evolución espiritual.